sábado, 10 de diciembre de 2011

DE PACO GENTO A GUARDIOLA: ASÍ VIVÍ LOS CLÁSICOS (ANTES LLAMADOS DERBIS)



JOSÉ MANUEL MORENO

Mi primer recuerdo de un Madrid-Barcelona es Paco Gento enredado en la red, tras marcar el 3-2 que le daba la vuelta a un partido que se puso 0-2 a los cinco minutos. Aquella noche Pedro de Felipe lesionó al delantero centro azulgrana Zaldúa. Y, por cierto, Rexach al final puso el 3-3 definitivo. Gento, al que mis amiguitos "catalinos" llamaban "La Vieja" tenía ya 36 años pero aún era una bala por su mítica banda izquierda.

El Clásico, qué finos nos hemos puesto, siempre le llamábamos derbi, del 5 de enero de 1975 nos dejó aquella recordada foto de un imberbe Camacho acomodándose sus partes y echándole el aire en el cogote al mejor del mundo de aquella época, Johan Cruyff. Terminó 1-0 con gol de carambola entre Aguilar, Roberto Martínez y el defensa De la Cruz.

Del 0-5 mejor ni hablar. Tras el tercero, me metí en mi habitación y me puse a jugar entre sollozos con un futbolín. En abril del 78, mi padre se despidió de mi camino de la tienda de comestibles y cuando llegó ya iba 2-0: dos goles del danés Henning Jensen, al que Migueli le rajó la tibia en los minutos finales, aunque la cosa quedaría en puntos de sutura y el susto. Por cierto, la cosa acabó 4-0.

En 1979, Amigó fue un amigo como tituló con mucha mala leche el "Marca" y colaboró en el 3-2 para el Madrid, con el gol decisivo del negrito Laurie Cunningham. El primer clásico que viví in situ fue el de enero de 1988. El Madrid era muy favorito, pero se encontró con un sorprendente penalti en contra y solo ganó 2-1, con un gol, el de la victoria, de Hugo Sánchez, ciertamente espectacular. Por cierto, mis amigos y yo llegamos quince minutos tarde por un despiste impresionante que nos tuvo sin hablarnos hasta después del partido. Y el siguiente que viví nunca lo olvidaré: el 5-0 justamente un año despúés del 5-0 de la cola de vaca de Romario a Alkorta. Desde el fondo Sur los goles en la portería contraria de Zamorano los recibíamos con retardo, dada la distancia tan extraordinaria.

Y el autor de los goles, mirando el videomarcador. Con el 5-0, nos daba igual que llegara el sexto, lo que no queríamos es que el Barça marcara y se cargara la venganza. El 2-0 de diciembre del 96 fue un homenaje al hijo de Mijatovic, aquejado de una grave enfermedad. Su padre le dedicó el segundo gol. En febrero de 2000 vimos el Barcelona más temeroso en el Bernabéu: 3-0 y p'a casa. Al año siguiente, el gol anulado a Rivaldo, que en realidad fue de Helguera en propia puerta, en el minuto 93 y que era el 2-3, motivó ríos de tinta en la prensa culé. ¿Victimismo? Siempre estuvo en la acera azulgrana, hasta que llegó el Villarato. Yo también hubiera aplaudido a Ronaldinho cuando este se exhibió en el 0-3 de 2006. Destrozó a Sergio Ramos. Pobre brasileño al que perdió la ¿mala? vida. Al Madrid le faltó mala leche en el 4-1 del pasillo. Si llega a saber lo que ocurriría año siguiente... 2-6. Al enemigo, en el campo, ni agua. Si le puedes golear, a por ello, que ellos lo harán cuando puedan. Y para el de esta noche, soy moderadamente optmista. El Madrid está mejor y, sobre todo, tiene ese punto, de hambre llaman hoy en día, del que carece un Barça que se ha "hinchado" a ganar más que toda su historia en los últimos tres años. Que gane el mejor... y que este vista de blanco.
P.D. Si puede ser que no sufra mucho, pero ya sé que eso es mucho pedir.
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