viernes, 1 de diciembre de 2017

GARETH BALE Y LA MALA SUERTE


JOSÉ MANUEL MORENO

Ahora que el galés Gareth Bale se ha resentido por vigésimo quinta vez o así del soleo, y que no sabemos si en el resto de su carrera podrá jugar 8 o 10 partidos seguidos, me acuerdo de muchos casos de jugadores con toda la mala suerte del mundo y que no pudieron triunfar en el Real Madrid.
El primer nombre que se me viene a la mente es el de Francisco Ballester, lateral derecho internacional que fichó proveniente del exitoso Elche de los 60 y 70 y que no llegó ni siquiera a debutar en el equipo blanco, por sus continuas lesiones y enfermedades. Desgracia que se consumó, aún en la flor de la vida de sus 30 años, falleciendo víctima del maldito cáncer.
Antes que Ballester, mi padre siempre me hablaba que el navarro Félix Ruiz no llegó a triunfar plenamente en su carrera futbolística por sus continuas lesiones. Llegó a formar con los Di Stéfano, Puskas y Gento, militando hasta ocho temporadas en el club de Chamartín, pero se tuvo que retirar, hastiado de las lesiones, en 1969, cuando apenas contaba con 29 años.

Otro caso, este más sonado por lo que costó ficharle del Anderlecht, fue el de Juan Lozano, quien firmó en 1983 por el club blanco, con la vitola de ser uno de los mejores centrocampistas de Europa.
Costó 200 millones de la época, y participó por ejemplo, en el 6-1 a su exequipo en la recordada eliminatoria de la Copa de la UEFA. Lo lesionó, involuntariamente por supuesto, el fino extremo rojiblanco Juan José Rubio en el derbi en casa de la temporada 1983-84. Fractura de peroné y cuatro meses varado. Reaparece en el Helmántico, feudo de la histórica U. D. Salamanca y se vuelve a romper el mismo hueso. Total, que en dos temporadas, apenas sumó 24 partidos de titular y en 1985 se volvió a su Anderlecht, donde siguió su excelente carrera deportiva.
Paco Bonet también fichó procedente del Elche, como Ballester, y en apenas una temporada se erigió en uno de los mejores defensas centrales del fútbol español, hasta que una alevosa entrada del barcelonista Migueli en la final de la Copa del Rey de 1983 le dejó la pierna hecha unos zorros.
Apenas 20 partidos más jugaría en las siguientes tres temporadas, terminando por probarse en el Castilla, hasta que se marchó al Mallorca, donde si bien es cierto que disputó más de 50 partidos en 2 temporadas, no fue óbice para que se retirara con solo 29 años.
En 1991, mis amigos culés me felicitaban tras haber fichado el entonces presidente madridista Ramón Mendoza al que decían que iba a ser uno de los mejores jugadores del mundo, el yugoslavo nacido en Alemania, Robert Prosinecki.

Ríos de tinta corrieron en la prensa nacional e internacional cuando se consumó su fichaje, no en balde llegaba a la capital de España como flamante campeón de Europa con el Estrella Roja de Belgrado. Es el caso más parecido a Gareth Bale. Continuas lesiones musculares, hasta el punto que solo jugó 3 partidos en su primera temporada. Un magnífico gol de falta al Barça en el Bernabéu, de lo poco destacable en sus tres campañas de blanco. Terminaría tomando el "puente aéreo" hasta Barcelona, jugando aún menos, 19 partidos, en su periplo de azulgrana.
El propio Uli Stielike, que parecía de hierro, se tiró la primera temporada más tiempo en la grada que en el césped, hasta que los médicos averiguaron que sus  continuas lesiones musculares tenían su origen en una malformación en la espalda.
O Laurie Cunningham, el inglés que costó 125 millones de los de 1979, al que un pisotón del bético Bizcocho hizo que su carrera, que acabaría en el Rayo Vallecano, no llegara a ser ni la sombra de lo que se presuponía del jugadorazo que llegó a arrancar continuas salvas de aplausos en el mismísimo Camp Nou, en el Clásico de la temporada 1979-80. Falleció en un accidente de tráfico en el verano de 1989, cuando tan solo tenía 33 años.
Jonathan Woodgate fue un caso palmario de la maldición del puesto de defensa central en la Casa Blanca. Únicamente 9 partidos disputó en sus 3 temporadas de blanco, entre 2004 y 2007.
En fin, casos como el de Bale ha habido en el Real Madrid y fuera, a montones a lo largo y ancho de la historia del fútbol. Le deseo al "Expreso de Gales" que los médicos y él mismo den con la tecla y pueda seguir jugando durante muchas temporadas más. Eso sí, aunque Bale se retirara hoy mismo, lo haría como tricampeón de la Champions. Casi nada.

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