
JOSÉ MANUEL MORENO
El
Día de San José, antaño Fiesta en toda España, y día laborable desde mediados
los 80, me deparó tres momentos inolvidables de mi Real Madrid.
El
primero, malísimo, en 1975, en pleno tardofranquismo.
Eliminatoria
de cuartos de final de la Recopa.
Real
Madrid-Estrella Roja de Belgrado.
En
la ida, en el Bernabéu, 2-0 para los blancos.
En
la vuelta, el entrenador madridista Miljan Miljanic le pidió al presidente que
le permitiera no viajar a Belgrado porque no quería enfrentarse a su exequipo.
Tal como suena. Y Bernabéu, ya casi octogenario, dio su permiso.
Increíble.
¿Se imaginan un caso similar en el fútbol actual? Imposible.
Total,
que el equipo merengue, con el segundo entrenador al frente, Antonio Ruiz,
viajó al Pequeño Maracaná de Belgrado.
Tras
los 120 minutos, 2-0 y a la tanda de penaltis. ¡Qué nervios, Dios mío!
El
Madrid tuvo ventaja en la misma pero Santillana desperdició su lanzamiento. Ya
en la muerte súbita, Gregorio Benito, con jugadores más técnicos metidos en la
madriguera, envió su lanzamiento a las nubes y el Madrid eliminado.
Miljanic
tenía que haber cumplido con su obligación y Benito nunca tenía que haner
tirado aquel penalti. Cosas de la vida, del fútbol y del Real Madrid
El
segundo recuerdo de un día de San José fue mucho más feliz.
Cuartos
de final de la Copa de Europa de la temporada 79-80.
En
la ida, 2-0 a favor del potente Celtic de Glasgow.
En
la vuelta, televisada simultáneamente con un Valencia-Barcelona de Copa de la
UEFA, ambiente de los grandes días en Chamartín y remontada 3-0 con goles de
Santillana al borde del descanso, Uli Stilelike y Juanito ¡de cabeza! en el
minuto 85. Fue una de las últimas grandes tardes de mi ídolo Pirri con la
camiseta blanca.
La
tercera y última vez que el Real Madrid jugó una eliminatoria de Copa de Europa
fue en 1981. Real Madrid-Spartak de Moscú. 0-0 esperanzador en la ida.
La
vuelta cayó en jueves, cosa rara, y TVE no llegó a un acuerdo con Luis De
Carlos, presidente blanco, por lo que hubo que oirlo por radio. Al descanso,
0-0 y el entrenador Vujadin Boskov sustituyó a Del Bosque por el comodín
Isidro, que ¡oh, casualidad! marcó los dos goles del partido siendo rebautizado
como San Isidro por toda la prensa.
La
cara y la cruz del día de San José, desde el punto de vista de un madridista irredento.