lunes, 8 de junio de 2020

LOS AUTOGOLES: ¡ELLOS NO QUERÍAN!


JOSÉ MANUEL MORENO

Los autogoles o tantos en propia puerta han sido, en muchas ocasiones, claves y decisivos en victorias y derrotas de partidos y campeonatos importantes.
El Real Madrid, a pesar de su fama de equipo con suerte, los ha sufrido en sus carnes en choques recordados, a pesar del transcurrir de los años.
Por ejemplo, el gol de Zunzunegui en la final de Copa de 1968. Final de las botellas, polémica arbitral, pero toda una final decidida tristemente por un autogol del defensa vigués. La misma temporada, en la vuelta de la semifinal de Copa de Europa ante el Manchester United, un tanto del navarro Ignacio Zoco "ayudó" (muy a su pesar) a la eliminación del equipo blanco, que tenía ventaja al descanso. Predrag Spacic fue un mediocre (aunque internacional) defensa yugoslavo que se hizo "famoso" por su golazo en propia puerta en el Camp Nou en la temporada 90-91. La campaña siguiente, un excelente defensa brasileño, Ricardo Rocha, tuvo la fatalidad de marcar autogoles en dos partidos decisivos: en el último partido de Liga, en Tenerife, y en el choque de vuelta de la semifinal de la Copa de la UEFA ante el Torino de Martín Vázquez.
En sentido contrario, es decir, autogoles que contribuyeron a victorias merengues, recordemos, por ejemplo, el del inglés Perryman, que decidió la eliminatoria de Copa de la UEFA entre el Tottenham y el Real Madrid la temporada 84-85. La Octava Copa de Europa "cayó", entre otras cosas, por el gol de Roy Keane en el United-Real Madrid de cuartos de final y el de Jeremies en la semifinal ante el Bayern Múnich.
Igualmente, se nos viene a la cabeza el gol del brasileño Nasa en la Copa Intercontinental de 1998 entre el club blanco y el Vasco de Gama. Y el del holandés Paauwe, que contribuyó al triunfo madridista en la Supercopa de Europa de 2002 ante el Feyenoord.
Muchos autogoles menos decisivos nos dejamos en el tintero pero lo que está claro es que todos estos futbolistas ¡no querían! marcar en la portería de su propio equipo. Fútbol es fútbol.

lunes, 2 de marzo de 2020

REAL MADRID VS. BARCELONA: LA HISTORIA INTERMINABLE.


JOSÉ MANUEL  MORENO

Después del Clásico de ayer, el Real Madrid se ha vuelto a poner por delante 73-72 en este duelo interminable de los dos colosos en el Campeonato Nacional de Liga.
La primera victoria que recuerdo del equipo blanco (hablando siempre de los partidos en el Bernabéu) fue en la temporada 74-75. Un 5 de enero por la tarde sin televisión en directo que resolvió con su gol Roberto Martínez, con aquel marcaje inolvidable de Camacho sobre Johan Cruyff, el Messi de la época.
La siguiente fue en abril de 1978. Partido entre semana, el Barça sin Cruyff, que vio la quinta amarilla en la jornada anterior, y goleada 4-0, labrada con dos tantos del danés recientemente fallecido Henning Jensen en los 10 primeros minutos.
En septiembre de 1978, victoria 3-1 a pesar de que el Barcelona se adelantó con gol del holandés Neeskens. Santillana marcó 2 y Jensen el restante. Tampoco se televisó en directo por la única y mejor televisión de España (como decía José María García), TVE.
En la temporada 79-80, domingo por la tarde, victoria 3-2 con una actuación nefasta del guardameta azulgrana Amigó, que según la prensa catalana, fue un amigo de los blancos.
Los tres delanteros merengues, Juanito, Santillana y Cunningham mojaron para el equipo de Vujadin Boskov.
En marzo de 1981, con Real Madrid y Real Sociedad jugándose la Liga, volvió a imponerse el equipo blanco por 3-0 con un primer gol de penalti polémico señalado por Ramos Marcos. Goles de Juanito, Santillana y Stielike.
Al año siguiente, temporada 81-82, quinta victoria consecutiva en Chamartín en los que por aquellos entonces se denominaban Derbis y no Clásicos. El triunfo por 3-1 en tarde lluviosa dejó a los culés sin Liga, en favor de los donostiarras.
La expectación era máxima en febrero de 1984 con Maradona de estrella barcelonista en partido que sí fue televisado en directo. El argentino marcó pero al final, 2-1 para los merengues con gol de la victoria en los minutos finales conseguido de rebote por Santillana.
La siguiente victoria blanca llegaría en marzo de 1986 en plena eclosión de la Quinta del Buitre. Partido muy polémico. Se adelantaron los blaugrana con gol del escocés Steve Archibald, y remontada local con tantos de Maceda, Valdano y Butragueño.
Sábado 2 de enero de 1988. Noche fría en la capital de España y un servidor, con sus mejores amigos, en directo en el Santiago Bernabéu. Dominio claro de los blancos, pero victoria ajustada por 2-1, con doblete del manito Hugo Sánchez.
En septiembre de 1988, victoria del equipo de Leo Benhakker por 3-2, con goles de Aldana, Hugo y el del triunfo en el 81' obra de Rafa Gordillo.
En 1990 otra vez un Clásico polémico por la controvertida actuación del gallego Raúl García de Loza. 3-2 otra vez para los madridistas y expulsión del ya entrenador culé Johan Cruyff, que llegó a meterse dentro del terreno de juego.
El epílogo a la temporada 90-91 fue un Madrid-Barsa con pasillo incluido a los culés, ya campeones. El partido lo ganaron blancos, ya entrenados por Radomir Antic, por 1-0, gol de Adolfo Aldana.
La siguiente victoria blanca llegó la temporada 92-93. Fue por 2-1 con rifirrafe verbal entre Cruyff y el colegiago Díaz Vega, que llegó a afirmar que el holandés "se cagaba en los pantalones" cada vez que visitaba el Santiago Bernabéu.
La siguiente fue especialísima. 7 de enero de 1995. De nuevo asistí al Bernabéu y desde días antes especulaba con José Antonio Piédrola con una posible goleada de los de Valdano que vengara el 5-0 del año anterior. Y no nos equivocamos: otro 5-0 con éxtasis de los 106.000 espectadores y tres goles de Zamorano y uno de Luis Enrique y Amavisca. ¡Qué noche la de aquel día! Inolvidable.
Dos años más tarde, con Fabio Capello, 2-0 y goles de Suker y Mijatovic, que le dedicó el tanto a su hijo gravemente enfermo. En el Barça jugaba un tal Ronaldo Nazario.
En la 99-00 es la ocasión que he visto más acogotado al Barcelona en Chamartín. Victoria clara 3-0 de los de Vicente Del Bosque con goles de Roberto Carlos, Anelka (al que le costaba más marcar que actualmente a Vinicius) y Fernando Morientes.
Entramos en el nuevo milenio y el primer triunfo blanco llegó en la temporada 2001-02. Fue por 2-0 con goles de Raúl y Luis Figo. Lo vi por Canal Plus. Hubo que esperar para la próxima a abril de 2005. Lo viví en casa de Francisco Montoro. Cómo disfrutamos de aquel 4-2 con goles de Zidane, Raúl, Ronaldo y Michael Owen. Era la época de Los Galácticos.
Y ya recientemente, en la temporada 2006-07, un 2-0 (como ayer) con tantos de Raúl y Van Nistelrooy. Al año siguiente, "pasillo" azulgrana y goleada 4-1 ante un Barça ya comandado por Leo Messi.
El 2 de marzo de 2013 (hoy hace 7 años) victoria de los de Mourinho con goles de Benzema y Sergio Ramos. La penúltima victoria hasta la fecha fue en octubre de 2014, con remontada local del gol de Neymar, con tantos de Cristiano, Pepe y Benzema.
Llegaron los cuatro años de sequía y ayer, invitado por mi amigo Daniel Aranda Araguez disfruté en buena compañía del 2-0 con los goles de Vinicius y Mariano, vaticinado por mi anfitrión.
De momento, Real Madrid 73-Barcelona 72.
El año que viene, Dios dirá.

jueves, 6 de febrero de 2020

JUANITO Y EL RECLUTA QUE CANTÓ GOL


JOSÉ MANUEL MORENO

Hoy se juega en el Santiago Bernabéu un apasionante Real Madrid-Real Sociedad, a partido único y que sea lo que Dios quiera.
Y la memoria, que dicen que es la inteligencia de los necios, me lleva a otro enfrentamiento copero entre madridistas y realistas, de hace 38 años, cuando ambos equipos se jugaban entre sí todos los títulos nacionales. En la semifinal partido de ida, jugada en el mítico y vetusto Atocha, había ganado la Real 1-0, gol de Satrústegui. La vuelta se jugó el 31 de marzo de 1982. Yo era un simple recluta y estaba a 4 días de jurar Bandera en el Campamento Álvarez Sotomayor de Viator, Almería. A las 22.30 se tocó silencio y el sargento Fernández nos advirtió, como todas las noches, que no quería oír un solo ruido.
Me acuesto como todos mis compañeros y me pongo el transistor pegado a la oreja, casi pegado al tímpano para que no se oyera.
Faltaban quince minutos para el final y el partido seguía 0-0 por lo que estaba la final en el alero. Estaba con el corazón a cien cuando en el último minuto ¡zas! marcó el inolvidable Juanito. Yo me contengo como puedo y me guardo para mi la emoción pero en el silencio de la compañía se oye un ¡gooool! que me hizo estremecer. ¿Lo habría oído el sargento? Pues sí, lo escuchó, naturalmente. Sale el sargento al centro de la compañía y pregunta a voces ¿Quién ha pegado esa voz? Yo, encogido de miedo en mi litera. Y, de repente, sale el "valiente" y dice "yo, mi sargento". Yo estaba incrédulo. ¿Cómo había tenido los bemoles el tío de reconocer su grito? Creo que era un chico de Burgos.
¿Por qué ha pegado ese grito? le inquirió el temible sargento en calzoncillos. "Porque ha marcado un gol Juanito, mi sargento". Así, como os lo estoy contando.
"Pues al patio a correr toda la noche", fue la sentencia del suboficial. Pobrecillo la noche que debió pasar el valiente recluta. Yo, mientras tanto, seguí escuchando en la radio, más pegada a la oreja aún, la prórroga y los penaltis, en los que para mi satisfacción, ganó el Real Madrid y se clasificó para la final de Valladolid.
Anécdotas militares...con el fútbol, como casi siempre, por el medio.
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