martes, 11 de diciembre de 2018

DI STÉFANO, MESSI ...Y LUKA MODRIC


JOSÉ MANUEL MORENO


Voy a mojar "sopita" con la dichosa y anual polémica del Balón de Oro.
Alfredo Di Stéfano era el mejor jugador del mundo desde 1953, año en el que llegó al Real Madrid hasta, por lo menos, 1962.
Pues bien, en todos esos años, ganó solo 2 veces el Balón de Oro, bien es cierto que al principio las reglas de France Football impedían ganar dos veces seguidas al mismo futbolista. 
¿Era mejor futbolista Kopa en 1958 que Di Stéfano? Seguro que no.
¿Era mejor el gallego Luis Suárez que el hispano argentino en 1960? No.
Todo esto trasladado a nuestros tiempos, con un eco mediático multiplicado por mil, es tres cuartos de lo mismo.
Leo Messi es el mejor jugador del mundo desde aproximadamente el año 2008.
El único que le ha aguantado el paso ha sido el portugués Cristiano Ronaldo, con menos clase pero con una ambición y una capacidad goleadora admirables.
Entre los dos se han repartido más o menos justamente el preciado galardón los últimos 10 años.
Pues bien, llegado este 2018 que languidece, aparece en escena un centrocampista menudo y excepcional, como lo eran Xavi o Iniesta allá por 2010. Y Luka Modric ha ganado el trofeo más importante de clubes del mundo, la Champions League, siendo el cerebro del tricampeón europeo, y ha llevado a su pequeño país de solo cuatro millones de habitantes nada más y nada menos que a la final del Campeonato del Mundo, con unas actuaciones sobresalientes, sin ir más lejos ante la Argentina de Messi, con gol incluido.
Y Modric gana el premio a mejor jugador de la UEFA, el The Best de la FIFA y finalmente el mencionado Balón de Oro.
¿Es mejor jugador el croata que el argentino? Por supuesto que no.
¿Es mejor Luka que Cristiano Ronaldo? No.
Pero ha sido, para los periodistas, futbolistas y seleccionadores mundiales, el mejor de este año 2018.
Messi es un fuera de serie, a la altura de Di Stéfano, Pelé o Maradona, sin duda. Pero este año fracasó con su equipo en la Champions League y fue una sombra de sí mismo en el Mundial. Y Cristiano, salvo los tres goles a España, tampoco brilló en Rusia.
Y ya está. Todo el mundo opina y dice lo que le da la gana. Pero respeten al mejor jugador del año. Igual que españolitos como Xavi, Casillas o Iniesta se lo merecieron en 2010, o Raúl en 2001, muy superior a Michael Owen.
Ganar Ligas con magníficas actuaciones está muy bien, pero como no ganes la Champions, lo tienes crudo, aunque te llames Leo Messi o Cristiano Ronaldo.
Hasta la polémica del Balón de Oro 2019, saludos cordiales a tiros y troyanos.

sábado, 21 de abril de 2018

EL OGRO ALEMÁN

José Manuel Moreno

Ahora que vuelve el Clásico del fútbol europeo, con las semifinales de Champions Bayern-Real Madrid a la vuelta de la esquina, os dejaré mis flashes, mis recuerdos de estos míticos enfrentamientos.
Todo comenzó el 31 de marzo de 1976. Roberto Martínez marcó pronto el 1-0 y a poco del descanso "Pipi Cazagoles" estuvo a punto de hacer el 2-0. Estaban repitiendo en TVE esta jugada, cuando de repente, se vio el balón entrando en la portería de Miguel Ángel. Caras de incredulidad de mi padre, de mi amigo Juani Pérez Martín y de un servidor. ¿Qué había pasado? Mientras los jugadores madridistas se quedaron reclamando córner en la ocasión de Roberto, Maier sacó en largo, Torpedo Müller le ganó la partida a Goyo Benito y gol. Esa jugada nunca la emitió TVE. La tuvimos que ver ¡en el NODO! un par de meses más tarde. Al final del partido, la recordada agresión al árbitro Linnemayer a cargo del nefasto "Loco del Bernabéu" y el inevitable cierre de Chamartín. En la vuelta, era Miércoles Santo, iba de penitente con el Señor del Huerto, y al pasar por el Bar Guerra de la calle San Francisco, vi desde la calle en el televisor del Bar, cómo Vicente Del Bosque estrellaba un cabezazo en el travesaño de Maier aún con 0-0 en el marcador. Todo el camino pensando en el partido y al pasar por el Camarín de la Piedad, mi padre mandó de enviadas especiales a mis dos hermanas para que me dieran la noticia de que el Madrid había perdido 2-0. El único consuelo, que el Barcelona también cayó eliminado esa noche en Liverpool en la Copa de la UEFA.

La segunda vez que se midieron ambos equipos fue en abril de 1987, en plena efervescencia de la Quinta del Buitre. Pisotón de Juanito a Mathaus en Múnich y 4-1 muy difícil de remontar y en la vuelta, ambiente infernal y un 1-0 que resultó insuficiente.  Nunca olvidaré un paradón del meta belga Pfaff a cabezazo de Pardeza que se cantó gol en las gradas. El Bayern ya era la bestia negra del Real Madrid en Europa.
Al año siguiente, la revancha. Iba 3-0 en el Olímpico de Múnich (el estadio que me hacía literalmente temblar) y en los últimos 5 minutos, goles salvadores de Butragueño y Hugo Sánchez y en la vuelta, 2-0 con tantos del yugoslavo Jankovic y Míchel. Primera vez que nos cargábamos al ogro alemán.
La siguiente eliminatoria fue en 2000. En la ida, 2-0 con un gol de Anelka y otro en propia puerta. La vuelta la retransmití para Velevisa TV y pude cantar el gol de cabeza otra vez de Anelka que le dio la clasificación al equipo de Vicente Del Bosque. Pude comprobar cómo narrando el partido para cientos o puede que miles de personas, me ponía la mitad de  nervioso que cuando lo veía como forofo en mi casa.
Al año siguiente, en 2001, me "arriesgué" a ver la ida en casa de mi amigo José Campos. 0-1 con cantada de Iker Casillas y en la vuelta, a pesar de marcar Guti, 2-1 para los bávaros y eliminados.
El que "cantó" al año siguiente fue el irascible Oliver Khan propiciando un gol de Geremi que a la postre fue decisivo, aunque el Bayern se llevó la ida por 2-1. La vuelta, la volvimos a retransmitir por Velevisa y aunque en el descanso la cosa iba 0-0, mi compañero Antonio Reyes y yo estábamos convencidos de que el Madrid remontaría, lo que logró con goles de Helguera y Guti.
En 2004 se volvieron a ver las caras y de lo que más me acuerdo es del gol de Roberto Carlos en la ida, otra cantada del odioso Khan, y del gol decisivo "a lo kung fú" de Zidane que le dio el pase a los merengues.
De la eliminatoria de 2007 me quedo con el corte de mangas de Van Bommel al Bernabéu (3-2) en la ida y del gol anulado a Sergio Ramos en el último minuto del partido de vuelta por presuntas manos. Lo viví desde el Pabellón Cubierto, desde donde retransmitíamos en directo un partido del Clínicas Rincón Axarquía en su etapa de esplendor.
De la eliminatoria de 2012 todo el mundo se acuerda del penalti a la estratosfera de Sergio Ramos, pero ha caído en el olvido que también fallaron los "especialistas" Cristiano y Kaká y que San Iker Casillas puso de su parte deteniendo dos lanzamientos. Fue la temporada que más cerca estuvo una final Madrid-Barsa.
Las dos últimas eliminatorias están muy recientes. El recital de Sergio Ramos y de todo el equipo en 2014, con Ancelotti en el banquillo, que acabó con el histórico 0-4 en el Allianz Arena y la prórroga del año pasado y los tres goles de Cristiano Ronaldo. El ogro ha dejado de ser la bestia negra pero se le sigue teniendo muchísimo respeto.

martes, 6 de febrero de 2018

MIS RECUERDOS DEL BALONCESTO. DE JUANITO CORBALÁN A PABLO LASO

JOSÉ MANUEL MORENO

Desde pequeño puse al baloncesto al mismo nivel que el fútbol. Y, por consiguiente, a la misma altura de mis amores al Real Madrid de fútbol y al de baloncesto. De hecho, el deporte que practicaba en el colegio de "Los Frailes" era el basket, con compañeros como Santacruz o Padilla, que jugaban de cine.
Mi primer recuerdo baloncestístico fue el Europeo del 73 en Barcelona, cuando la España de Díaz-Miguel y Cabrera, Brabender, Buscató y Clifford Luyk venció en un partido histórico a la URSS que el año anterior había tumbado a Estados Unidos en la final de Múnich 72. En la final sucumbimos ante la Yugoslavia de Kresimir Cosic, pero el éxito se había consumado.
El Real Madrid y el Varese se repartían los títulos europeos y mi primera final de la Copa de Europa fue la de 1974. La vivimos en mi casa de la calle Lope de Vega Juan Manuel Pérez Martín y yo. En el equipo italiano sus principales estrellas eran el base mexicano Raga y los pivots Bob Morse y Dino Meneghin. El partido fue de infarto y lo decidió en el último minuto un imberbe Juanito Corbalán, al que con 18 años le dio la alternativa el gran (no de estatura) Pedro Ferrándiz.
Eran años en los que el club blanco ganaba las Ligas sin perder un solo partido y el Juventud de Badalona y el Barcelona se turnaban como máximos rivales de los blancos. En 1975 y 1976 volvieron a repetir madrileños y varesinos en la final. En las dos se impuso el cuadro transalpino, y eso que en la primera de ellas el Madrid era amplio favorito, por la ausencia por lesión del formidable y terrible competidor Dino Meneghin. Al final de la temporada 74-75, Pedro Ferrándiz cedió el testigo a su segundo y exjugador del equipo, Lolo Sáinz.
En 1978 volvieron a verse las caras idénticos rivales, en Múnich, con victoria de los merengues. Wayne Brabender y Walter Szczerbiack fueron los máximos anotadores y Juanma López Iturriaga jugó unos minutos en su primera final.
A la final de 1979 faltó el equipo madridista "por culpa" de aquellos famosos tres tiros libres fallados por el pivot guipuzcoano Luis Mari Prada con el marcador del Pabellón de la Ciudad Deportiva a cero. Aquella derrota fue durísima para la sección que gobernaba con mano de hierro Raimundo Saporta, que con la muerte de Santiago Bernabéu, dejó el cargo el año anterior.
Eran años en los que las Pascuas no se entendían sin el añorado Torneo de Navidad, con partidos épicos y con Héctor Quiroga comentando los partidos para TVE.
En 1980, nueva final y nuevo rival, el potentísimo Maccabi de Tel Aviv de, entre otros, Aroesty, Micky Berkowitz, Aulcie Perry y Earl Williams. Eran favoritos los israelíes pero el planteamiento de Lolo y el partidazo de Rafa Rullán le dieron la victoria y la Séptima Copa de Europa, en Berlín Oeste, a los de la capital de España. Las Ligas seguían siendo blancas pero ya con muchos apuros, e incluso un "filial" como el Tempus de Fernando Romay eliminó en Copa del Rey al Real Madrid.
La temporada 80-81 marcó un antes y un después. Se marcharon jugadores importantes como Walter y Coughram y el Barsa ganó por vez primera en el Pabellón de la Ciudad Deportiva. Incluso el Estudiantes liderado por un joven Fernando Martín quedaba por delante de los blancos. Fernando, junto al genio bosnio Mirza Delibasic, llegaron juntos en 1981 y el basket blanco volvió a ser una sinfonía. Pero las finales de la Copa de Europa se resistían y había que conformarse con éxitos de segunda fila como la Recopa de 1983 ante la Simac de Milán, liderada por un veteranísimo Dino Meneghin.
La final de Liga de 1984, ya con la ACB y el formato de play off, fue la más polémica de la historia. Victoria amplia del Madrid en el Palau y derrota en el Pabellón con tángana monumental entre Juanma López Iturriaga, Fernando Martín y el pivot barcelonista Mike Davis. El Comité de Competición solo sancionó a los dos pivots pero no al alero vasco, lo que motivó el tremendo enfado del Barcelona, que decidió no presentarse al decisivo tercer partido.
...Y llegó la era Drazen Petrovic, que sacaba, con su Cibona de Zagreb, de sus casillas a todo el Real Madrid. Ambos equipos llegaron a la final europea de 1985. Era un Madrid extraordinario, con un quinteto de ensueño con Corbalán, Iturriaga, Jackson, Robinson y Fernando Martín. Un equipazo, que dobló la rodilla ante la Cibona de Petrovic. Iturriaga y Alfonso del Corral aún tienen pesadillas con el genio de Sibenik.
Las finales Madrid-Barcelona de Ligas y Copas eran tremendamente competidas, pero ya empezaban a decantarse del lado culé, con otro equipazo con los Solozábal, Epi, Sibilio y compañía. Y en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles llegó el éxito de la medalla de plata para la selección española, lo que hizo que el basket discutiera por unos años ha habitual supremacía del fúbol.
En 1986 el presidente blanco Ramón Mendoza dio un golpe de efecto, arrebatando al Barsa el fichaje de Drazen Petrovic. El croata no llegaría hasta 1988, y en su único año vestido de blanco, ganó Liga, Recopa (con aquellos 62 puntos ante el Snaidero Caserta) cediendo la final de Liga ante los blaugrana en la recordada "Liga de Neyro" en alusión al parcial arbitraje del árbitro vasco en el quinto y definitivo partido en el Palau Blau Grana.
En 1989 cambió todo para el Madrid. Primero Petrovic dio la espantada a la NBA y el 3 de diciembre se mató en accidente de carretera Fernando Martín.
Un doble varapalo del que el equipo blanco tardó años en recuperarse, comenzando la hegemonía barcelonista y una durísima travesía en el desierto para el Madrid.
Pero, por suerte o por desgracia, siempre hay un roto para un descosido. Y el Madrid se levantó de nuevo con la incorporación del mejor pivot europeo de la historia, el lituano Arvydas Sabonis, quien tras dos terribles lesiones, fichó por los merengues procedente del Forum Filatélico de Valladolid.
Y el Real Madrid volvió a reinar en Europa en 1995, tras un intento fallido el año anterior.
Victoria inapelable en Zaragoza ante el Olympiakos y la Octava que llegaba a las vitrinas del Paseo de La Castellana.
En 1999 sucedió algo maravilloso en Lisboa. Unos juniors liderados por Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y Felipe Reyes cambiaron el curso de la historia. Tumbaron a los USA en la final del Mundial, dando paso esta generación a la mejor época del baloncesto español, Campeonato del Mundo en 2006 incluido, amén de dos platas olímpicas y varios oros en Europeos. ¡Quién nos los iba a decir décadas atrás cuando nos la veíamos y deseábamos para ganar a Polonia o Bulgaria!
Mientras tanto, el Real Madrid fue dando tumbos entre rumores de desaparición de la sección, hasta que en 2011 Florentino Pérez cambió de nuevo el curso de la historia, fichando de entrenador al exjugador Pablo Laso. Con él y un elenco excepcional de jugadores, el Madrid recuperó la hegemonía primero en España y en 2015, tras dos intentos baldíos, también en Europa, con la consecución de la Novena Copa de Europa, aderezada por cuatro títulos más, en el mejor año de la historia blanca.
Hoy en día, España apura la generación de los juniors de oro y el Madrid, para alegría de sus millones de seguidores, aspira cada temporada a todos los títulos en juego.

jueves, 4 de enero de 2018

DE BREITNER A COUTINHO. OTRA MANERA DE FICHAR FUTBOLISTAS


JOSÉ MANUEL MORENO

Estamos en plena época de fichajes en el mundo del fútbol. En la era digital y en un mundo globalizado, vemos a diario portadas y más portadas de diarios deportivos y minutos y horas de radio y televisión, en los cuales se nos retransmiten fichajes y traspasos, que en muchos de los casos se quedan en agua de borrajas. Incluso, se llega a poner fecha y hora para presentación de futbolistas, que como en el sonado caso de Icardi al Real Madrid, al final son bulos sin fundamentos, para escarnio de periodistas que llevan lustros viviendo del cuento. ¿Cuántas portadas ha dedicado la prensa deportiva culé al deseado fichaje de Coutinho por el FC Barcelona? Al final, supongo que llegará el brasileño, porque si no, el ridículo va a ser de los que hacen afición.
En su día, recuerdo auténticos "culebrones" que duraron meses y que en el caso, por ejemplo, de Ronaldo Nazario y Gareth Bale, fructificaron en fichaje. Pero también recuerdo casos como el de Patrick Vieira, que resultaron ser auténticos fiascos.
Pues bien, hubo un tiempo y con un impresionante dirigente deportivo en el que las cosas se hacían de una manera completamente distinta.
Situémonos en el verano de 1974. Acaba de concluir el Mundial de Alemania. El Real Madrid necesita reforzarse para detener el efecto Johan Cruyff en el FC Barcelona y empiezan a sonar nombres de grandes jugadores internacionales. Solo se permiten, y desde el año anterior, dos extranjeros por club. El sueco Edstroem, el uruguayo Morena, el alemán Heynckes o el holandés Rep forman parte de las quinielas periodísticas para sustituir al argentino Óscar "Pinino" Mas.
Llega la fecha del viernes 16 de agosto de 1974. El Real Madrid convoca a los medios de conunicación a las 20 horas en su Sala de Juntas para presentar a su nuevo fichaje.
No está Santiago Bernabéu, en su retiro estival de Santa Pola, pero se encuentra Antonio Calderón, gerente del club.
Y de buenas a primeras, y ante la expectante presencia de los periodistas de As, Marca, Mundo Deportivo, RNE, SER y TVE, entre otros, aparece el nuevo fichaje blanco.
Su espectacular melena le delata. Es el germano Paul Breitner, el lateral izquierdo del Bayern Múnich y de la selección alemana campeona del mundo.
Ningún medio había especulado con el "Abisinio", como le llamarían con el tiempo.
El Real Madrid lo había vuelto a hacer. Había llevado a cabo un fichaje de relumbrón sin que ningún periodista o medio de comunicación especulara con su nombre. Al año siguiente, también fichó al valencianista Juan Cruz Sol sin que nadie hubiera alertado sobre su llegada al club de Chamartín.
¿Se imaginan en 2017 un episodio similar?
Absolutamente imposible. Así se las gastaba, también en materia de fichajes, el Real Madrid de don Santiago Bernabéu.
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