Estamos en plena época de fichajes en el mundo del fútbol.
En la era digital y en un mundo globalizado, vemos a diario portadas y más
portadas de diarios deportivos y minutos y horas de radio y televisión, en los
cuales se nos retransmiten fichajes y traspasos, que en muchos de los casos se
quedan en agua de borrajas. Incluso, se llega a poner fecha y hora para
presentación de futbolistas, que como en el sonado caso de Icardi al Real
Madrid, al final son bulos sin fundamentos, para escarnio de periodistas que llevan
lustros viviendo del cuento. ¿Cuántas portadas ha dedicado la prensa deportiva
culé al deseado fichaje de Coutinho por el FC Barcelona? Al final, supongo que
llegará el brasileño, porque si no, el ridículo va a ser de los que hacen
afición.
En su día, recuerdo auténticos "culebrones" que
duraron meses y que en el caso, por ejemplo, de Ronaldo Nazario y Gareth Bale,
fructificaron en fichaje. Pero también recuerdo casos como el de Patrick
Vieira, que resultaron ser auténticos fiascos.
Pues bien, hubo un tiempo y con un impresionante dirigente
deportivo en el que las cosas se hacían de una manera completamente distinta.
Situémonos en el verano de 1974. Acaba de concluir el
Mundial de Alemania. El Real Madrid necesita reforzarse para detener el efecto
Johan Cruyff en el FC Barcelona y empiezan a sonar nombres de grandes jugadores
internacionales. Solo se permiten, y desde el año anterior, dos extranjeros por
club. El sueco Edstroem, el uruguayo Morena, el alemán Heynckes o el holandés
Rep forman parte de las quinielas periodísticas para sustituir al argentino
Óscar "Pinino" Mas.
Llega la fecha del viernes 16 de agosto de 1974. El Real
Madrid convoca a los medios de conunicación a las 20 horas en su Sala de Juntas
para presentar a su nuevo fichaje.
No está Santiago Bernabéu, en su retiro estival de Santa
Pola, pero se encuentra Antonio Calderón, gerente del club.
Y de buenas a primeras, y ante la expectante presencia de
los periodistas de As, Marca, Mundo Deportivo, RNE, SER y TVE, entre otros,
aparece el nuevo fichaje blanco.
Su espectacular melena le delata. Es el germano Paul
Breitner, el lateral izquierdo del Bayern Múnich y de la selección alemana
campeona del mundo.
Ningún medio había especulado con el "Abisinio",
como le llamarían con el tiempo.
El Real Madrid lo había vuelto a hacer. Había llevado a cabo
un fichaje de relumbrón sin que ningún periodista o medio de comunicación
especulara con su nombre. Al año siguiente, también fichó al valencianista Juan
Cruz Sol sin que nadie hubiera alertado sobre su llegada al club de Chamartín.
¿Se imaginan en 2017 un episodio similar?
Absolutamente imposible. Así se las gastaba, también en
materia de fichajes, el Real Madrid de don Santiago Bernabéu.
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